Lo que si es seguro es que el primero, partirá el grupo en trozos y marcará el devenir de la marcha y el segundo lo hará trocitos y marcará a fuego el resto del trazado. Esto a falta del paso por el valle que un día fué glaciar, el Dormidero, que remata su salida con la durísima subida al alto de Morla, puede hacer saltar por los aires músculos que quizá desconocíamos. Esta parte ya compartida con la TBX 54k.
El Sanguiñal
La Rasa